jueves, 27 de octubre de 2005

Réquiem

Anoche vi a mis buenos amigos. Por mala suerte, no pude estar a la hora convenida y llegue con 2 horas de retraso. Valió la pena la desvelada, porque pudimos platicar algunas cosillas de nuestra vida sentimental. Es sorprendente ir siempre un poco más al fondo de las personas, a veces uno mismo revela pequeños detalles y al final nos conocemos y nos apreciamos mejor. Por burlarme de que los demás tendrían que madrugar, desde temprana hora de la mañana desperté y ya no pude dormir como hubiera querido.
Aprovecho para mandar mis condolencias, donde quiera que se encuentre, a la familia de uno de mis peces que anoche se suicidó. Llegamos en la mañana y al estar pasando revista con los habitantes del acuario, noté que faltaban 2. En seguida buscamos en todos los rincones donde a veces se esconden. Encontramos al primer ausente, afortunadamente aún vivo, pegado a la boca del filtro. Este lo succionó y no podía moverse. Pensamos que estaba muerto pero al despegarlo para sacar su aparente cadáver, el condenado se puso a nadar, mallugado pero vivo, nos dio un alivio momentáneo. La alegría no duró porque al seguir buscando a su compañero, miramos al piso y ahí estaba, totalmente inanimado, duro como charal con sal, ahogado sin agua. El muy baboso saltó fuera de la pecera y encontró la muerte. Lo que yo digo es que si le gustaban los deportes extremos, los hubiera practicado durante el día, cuando por lo menos lo habríamos podido regresar al agua. Descanse en paz.... ¿y cómo será el infierno de los peces?

1 comentario:

Angel dijo...

Salado mi hermano, salado, el infierno de los peces es salado y seco, si no, preguntale al bacalao y todos esos condenados...
Que bien que se pudieron ver este fin, saludos a todos