jueves, 16 de febrero de 2006

La ciudad de la esperanza... y el ralenti

Anoche me fui a dormir un poco malhumorado por una plática intensa con mi madre. Hablabamos acerca de los nuevos límites de velocidad para los automovilistas de la ciudad de México. Me niego por completo a acatar una disposición tan absurda, retrógrada y de visión tan obtusa. Pero mi madre, gracias a quien aprendí el respeto por las leyes y las instituciones, opina que simplemente debo ser obediente a lo que disponga el gobierno. Yo digo "al carajo con el mal gobierno" pues seré respetuoso siempre y cuando no se coarten mis derechos y libertades. Ah, y razones me sobran para pensar que ir máximo a 70 u 80 km/hr en vialidades como Insurgentes o Periférico, es una medida estúpida.

jueves, 2 de febrero de 2006

Cosas de abogados

Dentro de media hora me voy a ver con mis excompañeros de trabajo para definir los últimos detalles de la demanda en contra de nuestro antiguo patrón. Todo se pudo haber resuelto por la vía fácil, pero en vista de que no hay muchas cabezas pensantes en la contraparte, nos tendremos que ir con todo, a pesar del cariño por la institución. Han sido días de mucho ajetreo, pero espero que entre hoy y mañana, las aguas turbulentas de mi vida recobren su nivel. Deséenme suerte, si la ganamos invito las chelas y algo más....

La otra Malinche

Si, exacto, no estoy hablando de LMPV, sino del parque natural que se encuentra en Tlaxcala. Hace 2 semanas fui con la banda y la pasamos bastante chido. A pesar de que llegamos en viernes y a altas horas de la noche, todos llevabamos la pila bastante puesta para arriesgarnos a comer las quecas que preparó Charly para la cena. Encender el fuego fue bastante complicado la primera noche, pero gracias a que en la maleta llevábamos una girl scout, no hubo mayor bronca. A la mañana siguiente, la venganza de Moctezuma fue puesta en mis manos, y el desayuno (huevos a la mexicana con una elevada dosis de chile serrano) hizo su trabajo en algunos estómagos. Eso no fue impedimento para que nos lanzaramos hacia el volcán (4500 msnm aprox.) Lo más difícil fue lidiar con los comentarios de la gente a lo largo del camino, pues todos decían que ibamos a tardar mucho tiempo en subir. Conforme fuimos avanzando nos dimos cuenta que no sería tan tardado, pero yo creo que nos veían muy jodidos como para lograrlo.
Todo lo anterior suena como si hubieramos alcanzado la cumbre pero desafortunadamente no fue así. Llegamos hasta el pie del pico principal, pero lo que nos impidió seguir subiendo fue la falta de previsión. La temperatura en ese punto era muy baja, por lo que comenzó a hacer algunos estragos en nosotros. Debo decir que me sentí bastante frustrado, porque a pesar de estar con toda la voluntad puesta en el objetivo, a pesar de no sentir cansancio físico, a pesar de que el frío no me calaba los huesos, y a pesar de que la cima se encontraba como a 30 minutos de distancia, un calambre en la parte frontal de mi pierna izquierda boicoteo la misión. No puedo decir que no lo intente, pues con las molestias, aún hice un par de esfuerzos, pero creo que hubiera sido un riesgo innecesario seguir intentando. Creo que si hubieramos ido más abrigados y con más provisiones, el éxito habría sido completo. Al final, nos tomó 2 hrs y media el ascenso y 1 hr y media el descenso.
Una vez de vuelta en la cabaña, todos estábamos rendidos de tanto caminar, así que la cena se adelantó y nos olvidamos de la carne que estaba programada para la comida. Conforme se acercó la noche, nos fuimos llenando nuevamente de energía y ya para la media noche se nos había olvidado el cansancio. A Fab y Paty la gripa las estaba matando, y aún así no renunciaron al desmadre. Cuando Daniel intentó irse a dormir, pagó cara su ocurrencia, y por poco lo sacamos en pelotas de la cabaña. Después de una noche de locuras y mucho relajo, tratamos de descansar un poco, aunque el olor del desayuno nos levantó antes de lo previsto. Las muchachonas se rifaron e hicieron la carne asada, no nos quedó otra que dejar el sueño para otro momento. El resto del día fue bastante relajado, así que volvimos a casa temprano.
Por supuesto que quedan cosas pendientes, la más obvia es que debemos regresar a conquistar la montaña, la segunda es que aún no definimos una lista para los planes futuros...