Por qué no nos vamos a Guanajuato en bicla?

El fin de semana estuve en Guanajuato. Bueno, estuve y no estuve, porque me la pase encerrado. Pero no se imaginen cosas raras, ojalá hubiera estado encerrado con una girla, pero no, el viaje fue por motivos de trabajo. Ahora puedo decir que conozco un poquito de Guanajuato, porque por increíble que parezca, no conocía nada. A todo mundo se le hizo raro que ni siquiera hubiera ido al Cervantino, y es que creo que traigo una maldición, pues todas las veces que he estado a punto de lanzarme para allá, los viajes se han cancelado por una o por otra razón. Ni hablar...

El efecto mountain bike me ha alcanzado y ahora tambien tengo la mía. Para mala fortuna no tengo muchas colinas cerca de casa, de no ser el Ajusco, para darme pequeñas escapadas a la naturaleza, eso sí, muchas calles con subidas y bajadas muy pronunciadas. Tampoco he tenido mucho tiempo de darme alguna escapada, pero eso se ira resolviendo poco a poco. Para buena fortuna, todo lo anterior reduce mis posibilidades de viajar en muletas o desmayarme en los brazos de un barbudo. Y les dejo una trivia, ¿cuál de éstas fue la bicla que compré?

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Una chela al que adivine...