martes, 13 de septiembre de 2005

Ojeras


Tarde pero seguro, me uno al unísono de Mé-xi-co Mé-xi-co Mé-xi-co. Hace casi una semana, nos lanzamos al Azteca a ver la goleada a Panamá, partido sin sufrimiento pero mucha diversión. Lástima que ni Daniel ni Ángel pudieron acompañarnos, tal vez podamos corear juntos los goles en Alemania. Mañana les compartiré alguna imagen de ese día.
El viernes por la noche fui a la fiesta de una prima, y en principio no tenía muchas ganas de ir pero al final acepté. Y vaya que valió la pena asistir, mucha cerveza y vodka gratis, pero sobre todo, harta población femenina. El saldo, una gran borrachera, Denisse, y la primer desvelada hasta las 5:30 am.
El sábado el cansancio me llegaba hasta las rodillas, y a pesar de ello, la fiesta de mi primo Héctor en mi casa fue inevitable. Me hubiera conformado con las mañanitas y el brincolín, pero Daniel me convenció de ir al festejo de Iliana. Por supuesto que también valió la pena, el doble que el viernes. Al final el día se extendió nuevamente hasta las 5:30.
El domingo debió ser el descanso, pero la invitación de Danielo a ver el clásico, me puso las pilas otra vez. Después un café inolvidable por la noche. Esta vez no habría mucho desvelo pero si la desmañanada del lunes. Sólo 4 horas y media de sueño.
Al final creo que sólo quedaron ojeras, las de mi rostro por olvidarme de mi almohada, y los árbitros que nos robaron otro clásico, cuántos van?

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