miércoles, 3 de agosto de 2005

El poder de Morpheus


Hace mucho que no me costaba tanto trabajo levantarme. Desperté como 4 veces, y cada vez que me volvía a quedar dormido soñaba algo distinto. Pero al recobrar la conciencia me sobresaltaba pensando que me hubiera quedado dormido demasiado tiempo. A pesa de los sobresaltos, la sábana se hacía cada vez más pesada y no me permitía salir de la cama, y para colmo, el ambiente frío me impedía abandonar el calor de la almohada, a la que abrazaba con pasión. Después de una larga batalla contra el sueño que insistía en apoderarse de mí, logré bajar una pierna y al sentir el suelo helado, la energía me recorrió el cuerpo. Me incorporé y abrí los ojos un poco, estaba más hinchado que de costumbre. Aún ahora que me encuentro escribiendo estas líneas, siento el cuerpo como si me hubieran golpeado todo, pero es el tipo de dolor que se goza, pues el recordar las causas que generaron mi cansancio me llena de satisfacción.
La foto es de la catedral en el zócalo capitalino, pase ayer por ahí y tuve 10 buenos minutos de profunda reflexión.

2 comentarios:

Angel dijo...

eso se llama hueva carnal!

Poi dijo...

JAJAJAJAJAAA!!
me robaste las palabras de los dedos!!!

Esos 10 minutos de reflexion los hiciste al pasar por la cagadora*??
:P


*derechos reservados por Carles por el uso de palabra