Días como hoy, despierto y no me quiero ni levantar. Me siento cansado por mil razones, la desmañanada de ayer, el festejo hasta altas horas de la madrugada, el calor agobiante que regresó sin avisar, y un largo etcétera. Y peor aún, cuando lo primero que viene a mi mente es que se me pasó el pago de una tarjeta de crédito, demonios!!! Ah pero eso sí, la esperanza muere al último, así que si pago hoy, tan sólo un día después del plazo límite, quizás no me cobren recargos.
Hablando de tener la esperanza en alto, hoy juegan las Chivas. Tienen que remontar una desventaja de 3 goles. Está cañón, pero son las Chivas así que los milagros están autorizados...
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